domingo, 13 de enero de 2013

¿Por qué nuestro equipo suena distinto dependiendo de dónde toquemos?


Quizás alguna vez os hayáis preguntado por qué cada vez que vamos a tocar a una sala de conciertos el sonido que tanto nos había costado encontrar en el local de ensayo ha cambiado ligeramente, o en algunos casos, completamente. Podemos notar diferencias incluso entre la típica prueba de sonido pre-concierto y la hora de dejarnos la piel en el escenario. ¿A qué se debe todo esto? ¿Tiene alguna solución? Vamos a explicar algunos principios básicos para entender qué es lo que está pasando y de qué manera podemos minimizar este efecto.

Comenzaremos con un caso sencillo, ¿qué pasaría si colocamos un altavoz al aire libre sobre un escenario? Tan pronto empecemos a tocar, cualquier persona del público escucharía el sonido que proviene directamente del altavoz sumado al sonido reflejado en superficies como la parte posterior del escenario o el suelo. Dependiendo de la capacidad para absorber sonido que tengan todas esas distintas superficies, el sonido reflejado en ellas cobrará mayor o menor importancia.


Otra cosa a tener en cuenta es la “capacidad” para dispersar el sonido de las superficies reflectantes. Una pared con objetos de por medio o relieves profundos puede cambiar significativamente el sonido que rebota en ellas. Por ello, cuanto menos lisa sea la superficie, menos significativo será el cambio en el sonido total.

La suma de las reflexiones más el sonido directo podría entenderse como una ecualización del sonido original generado por el altavoz. Además, en grandes salas, las reflexiones en las paredes más lejanas aportarían “sustain” que muchas veces puede darnos ese toque que nos faltaba. Sin embargo, un aporte excesivo del sonido que viene reflejado de superficies lejanas podría provocar pérdidas en la claridad que estropearían por completo la calidad original. Este es el caso típico de conciertos en polideportivos, simplemente, si no están preparados para ello poco pueden hacer los técnicos de sonido para arreglar el entuerto. En resumen todo esto se puede ver de la siguiente manera: en cada sala sonaremos diferente y dependiendo de donde coloquemos nuestro altavoz este quedará “ecualizado” de distintas formas; salas grandes aportan “sustain”, pero si son excesivamente grandes y/o las superficies son muy reflectantes, va a ser muy difícil controlar el sonido en esos ambientes.

Consejos prácticos

Después de presentar este complejo mundo... ¿existe alguna solución sencilla que nos pueda ayudar si tenemos estos problemas en nuestro local de ensayo? Pues la respuesta es sí. Lo más rápido, barato y sencillo que puedes hacer es poner alfombras o cortinas en tu local. Cuanto más gordas y grandes sean más van a absorber el sonido. Eso normalmente soluciona muchos problemas en locales que tienen un sonido demasiado estridente. El uso de alfombras también puede ayudar a solucionar problemas con vecinos que se quejan del ruido del bombo de la batería. Al evitar el contacto directo del bombo con el suelo se reducirá notablemente el ruido transmitido a la estructura del edificio. Pero ojo, las alfombras, cortinas u otros materiales que son absorbentes acústicos no evitan que el sonido traspase tu pared hacia la habitación contigua, lo que consiguen es reducir las fuertes reflexiones de tu local, mejorando el sonido en el interior de tu sala.

Otra cosa a tener en cuenta es evitar paredes lisas, especialmente si el local es grande. Para ello podéis colocar objetos de distintos tamaños y formas como pueden ser desde vuestras guitarras de repuesto colgadas por la pared o algunas cajas llenas de trastos. Esto ayudará a mejorar la claridad, consiguiendo escuchar un sonido más parecido al que realmente está saliendo de vuestros altavoces. Es importante intentar mejorar el local de ensayo pero no debemos olvidarnos de detalles críticos como la colocación de los altavoces. Pegándolos a la pared podemos tener un refuerzo de volumen, que quizá sea beneficioso para nosotros. Pero lo que tenemos que evitar a toda costa es colocar altavoces en las esquinas de la sala. En ese caso la “ecualización” introducida por la sala es mucho más agresiva, consiguiendo modificar nuestro sonido radicalmente. A pesar de ello, es una práctica común para conseguir aún mayor refuerzo de altavoces con limitada potencia, pero si lo que buscáis es que vuestro local afecte lo menos posible, evitad las esquinas. 

Leyendas urbanas: las hueveras 

Relacionado con el tema de posibles mejoras para locales de ensayo es común que salte la duda, ¿y qué pasa si cubrimos las paredes con un montón de hueveras? Hay bastante controversia en el asunto, pero muchas veces se ha vendido como una solución sencilla y que ayudaba no sólo a mejorar el sonido dentro  del local sino también al “aislamiento” de la sala para que la gente no escuche tanto ruido fuera. Pues todo esto no es más que lo que el título indica: una leyenda urbana. Hace unos años nosotros también nos pregun-tábamos de qué manera afectaría poner hueveras en las paredes así que decidimos hacer un experimento en un laboratorio de la universidad preparado para este tipo de ensayos (una cámara anecoica). Los resultados fueron incluso más sorprendente de lo esperado, las hueveras apenas modificaban el sonido, era tan débil el efecto que podía considerarse imperceptible para el oído humano. Por lo tanto, pegar un montón de hueveras por las paredes y techo consigue el mismo efecto que llenar el local de posters de chicas, NINGUNO (al menos en cuanto a sonido...).

Curiosidades

No es la primera vez que escucho el caso de gente que ensaya en un bajo y tienen problemas con los vecinos de pisos que no son los contiguos a ellos. Y es normal preguntarse, ¿por qué mi vecino del quinto se queja y los del primero y segundo no? ¿Nos están intentando hacer la vida imposible porque no les gusta nuestra música? Bien es cierto que los del quinto os tengan mal vistos es una posibilidad, pero no siempre es el caso. Debido a la estructura en sí del edificio puede que se produzca un efecto amplificador en los pisos intermedios, aumentando el ruido en ciertas zonas altas alejadas del bajo donde está situado el local. Por ello, es posible que tu vecino del quinto este soportando el doble de ruido que los del primero.

Un problema similar sucede a menudo con el ruido del metro, las vibraciones producidas por el tren viajan a través de la estructura del edificio y en ciertos pisos alejados de las vías el ruido se hace más fuerte. Es un problema complejo y de difícil solución pero en el caso del local de ensayo, intentar reducir los graves y usar una alfombra debajo de la batería para evitar la transmisión directa de sonido a la estructura del edificio puede ayudar a reducir las quejas.

Espero que este artículo os haya sido de ayuda, o por lo menos lo hayáis encontrando interesante. Si tenéis cualquier pregunta o os gustaría que habláramos de otros temas que os interesan, ¡no dudéis en contactar con nosotros, somos todo oído! ¡Un saludo!


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